viernes, 30 de agosto de 2013

Suficiente


¿Cuándo tendremos suficiente? ¿Quién será el último en quedar en pie, cuando todo se derrumbe? ¿Cómo diremos "se acabó"?
Otra vez. Nos agarramos a un clavo ardiendo, una promesa en el aire, una estrella fugaz cuya vida se extinguió mucho antes de que el planeta tomase forma. Nos acuchillamos, nos odiamos y frente a frente, en cada esquina del ring tomamos aire para asestar el golpe mortal sin fuerzas para hacerlo. Acallamos nuestra mente, silenciamos los recuerdos.
¿Hasta cuándo?
Sobrevivimos en un barco que se hunde, como el capitán del Titanic con sus mejores galas. Asistimos a un final de lujo con un cuarteto de cuerda de fondo y espectáculo pirotécnico sin saber que esas mismas luces son las que piden socorro para nuestras almas. Y sonreímos. Desafiamos al destino, a pesar de que la moneda lleve doble de cruz y apostemos a cara.
¿Tú y yo?¿En qué momento pasó a "tú o yo"?

¿Por qué consigues romperme en mil pedazos?
Y es esa brecha de cristal que se abre dentro de nosotros, que activa un sinfín de emociones cuya llave tienen tan pocos que nos asusta tirar una de esas al río. Un "hasta siempre" susurrado mientras la corriente emerge y se lleva consigo la oportunidad; porque los trenes que pasan tantas veces por la misma estación, acaban por descarrilar.
Excusas, disculpas y media ración más de "cambiarés" que ya no llegan a compensar el tiempo. Porque aunque duela, a veces, la única razón es que ya no es suficiente.

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